Los sindicatos han destruido Telemadrid

Nota preliminar:

No suscribo las opiniones vertidas aquí por terceros, con algunas de las cuales estoy en profundo desacuerdo. A pesar de eso, y como quiera que este blog es el único reducto de comunicación pública y libre que creo que hay en Telemadrid, mantendré abierto el canal de comentarios. Eso sí: reservándome el derecho de retirar los que considere inadecuados o hirientes.

Llevaban nueve años intentándolo, pero hoy le han puesto la guinda al pastel. Hoy los sindicatos de Telemadrid han empujado al precipicio a 1.170 trabajadores. El rechazo a la última oferta de la dirección, que mejoraba las condiciones del ERE, nos ha devuelto a los trabajadores al pasado 24 de noviembre, cuando conocimos que el despido colectivo afectaría a 925 de nosotros. Es el final de un proceso negociador en el que unos representantes legales cuyo único objetivo ha sido el de defender sus OBJETIVOS POLÍTICOS han utilizado de manera retorcida a unos empleados que han confiado en ellos hasta el punto de haber puesto ciegamente en sus manos sus economías y el futuro de sus familias. Se trataba de cerrar la empresa para que no se la quedasen los que ellos llaman “los otros”… aunque eso fuera nocivo también para sus propios correligionarios. MATAR AL AMIGO PARA MATAR AL ENEMIGO.

Los tres sindicatos se han negado a someter a votación la última oferta de la empresa, ni con el sistema de intimidación habitual de la mano alzada ni, por supuesto, con el realmente democrático del referéndum. Ante la perplejidad de no pocos compañeros que se mostraban decididos a asistir a la asamblea del jueves a aceptar la última oferta, no hubo ocasión. La propuesta reducía los despidos forzados de 925 a poco más de 600; ofrecía prejubilaciones a los 58 años; recolocaciones de hasta 50 trabajadores, 15 documentalistas que se salvaban, bajas incentivadas, y elevaba la indemnización del despido de 20 a 28 días con hasta 18 mensualidades. Una propuesta que los sindicatos ni siquiera han querido negociar. Nadie pensó nunca que los intereses de los sindicatos fueran los de los trabajadores, pero probablemente tampoco NINGUNO DE NOSOTROS ESPERABA ESTA SALVAJADA. Quienes han vivido esta negociación desde dentro cuentan que el espectáculo sindical ha sido bochornoso. Las propuestas de la empresa apenas eran escuchadas. El RECHAZO TOTAL DE LOS SINDICALISTAS a cualquier oferta de la empresa ha sido constante. No han mostrado ningún ánimo de negociar ni ofrecido ningún indicio de que supieran hacerlo. Por definición los sindicalistas deberían ser negociadores profesionales, o profesionales de algo alguna vez, negociar significa ceder. Pero no mantener permanentemente el mismo mantra del primer día: “Ningún despido”. Cuando sabes que sí va a haber despidos, y además un número enorme de ellos, repetir “Ningún despido” no es cantar lo que todos los trabajadores efectivamente queríamos: es suicidarse. SUICIDARSE ELLOS Y MATARNOS A TODOS. También a los fanáticos que los siguen ciegamente hasta el punto de proponer renunciar a una nómina sólo para que los demás no la cobren; y también a los que todavía constituyen vida inteligente en Telemadrid. Se han vivido episodios de nervios propios de gente que carece de cualquier preparación, no ya para negociar con empresarios, sino para interactuar con el resto de la especie humana. Si hubiéramos presenciado algunas de esas reuniones habríamos sentido vergüenza ajena del comportamiento de muchos de nuestros supuestos representantes legales, algunos de los cuales, después de décadas liberados, NO SABEN UNA PALABRA DE DERECHO LABORAL. Vergüenza como la que tuvo que sentir el inspector de Trabajo testigo de excepción del telecidio sindical. Será una pieza clave en el próximo juicio. Su opinión servirá para esclarecer si la empresa tenía o no interés negociador. Los sindicatos se lo juegan todo a una carta: a que el ERE será declarado nulo o improcedente. Veremos qué dice el juez.

La estrategia ha sido tan suicida que solo puede llevarnos a dos conclusiones: que son unos inútiles, o que en ningún momento quisieron negociar. Quizá haya algo de ambas. En todo caso, sindicalista no es sinónimo de inepto: no son así los franceses, ni los de las potentes centrales alemanas…ni siquiera los de otros medios públicos españoles de televisión. Sólo los nuestros.

En la asamblea de ayer jueves algún asistente se mostró deseoso de emplear la violencia física contra “los otros”.

Este domingo, día 6 de enero, a las 18:00 horas, abordaremos con detalle la cuestión de la violencia: comisarías, juzgados, letrados preparados veinticuatro horas al día, consejos para el interior y para el exterior del recinto… todo.

Un avance: nadie va a pegar a nadie.

Eso sí, que cada palo aguante su vela.

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Ni me alineo ni me alinearé con ningún poder político ni empresarial.

Combato a los sindicatos cuando son violentos e improductivos.

Entiendo la angustia de los trabajadores de Telemadrid porque soy uno de ellos.

Que cada palo aguante su vela.