No suscribo las opiniones vertidas aquí por terceros, con algunas de las cuales estoy en profundo desacuerdo. A pesar de eso, y como quiera que este blog es el único reducto de comunicación pública y libre que creo que hay en Telemadrid, mantendré abierto el canal de comentarios. Eso sí: reservándome el derecho de retirar los que considere inadecuados o hirientes.
Ésta es la frase que escuchamos cada día y que lleva dos consecuencias implícitas. La primera: “yo soy mejor que tú”. Bastante humillante. La segunda consecuencia: “Por eso no trabajo; porque he conquistado mi DERECHO A NO DAR GOLPE el resto de mi vida”. Que muchos de los contratados, tras realizar un examen, trabajantodo lo que deben y más es obvio; estaría buenoque haber ganado una plaza compitiendo con los demás fuera malo. Pero también es obvio que una cantidad considerable de los trabajadores de Telemadrid considera que tiene muchos derechos, pero que SUS DEBERES SE LIMITAN A PASAR POR EL TORNO Y ESPERAR a que transcurran siete horas y media para marcharse a casa y cobrar a fin de mes.
En cualquier caso, la legitimidad de los sindicatos es más que cuestionable y tanto ella como su poder se basan en algunos argumentos a veces legales, pero casi siempre injustos.
Será muy difícil desactivar la AMENAZA DE LAVIOLENCIA contra los seguidores de los sindicatos que no desean hacer huelga, que los hay; y que viven silenciados por temor a ser señalados. Tan difícil como averiguar, por ello, cuánta gente las secunda LIBREMENTE. La amenaza de la violencia contra los trabajadoreslibres sí quedó desactivada cuando les mostramos a los sindicalistas que puedenterminar ante un juez. Por eso, no ha vuelto a haber señalamientos, linchamientos en la cafetería, niamenazas de muerte a gritos y delante de cientos de personas en la entrada. Por si la violencia resucita cuando lleguen losmomentos más duros (que llegarán), ya sabéis: más abajo tenéis una guía con loque debéis hacer si os amenazan u os hacen algo peor. Me satisface saber que muchos de vosotros guardáis aquellas entradas del blog.
Es indiscutible que las centrales sindicales arrastran a una gran cantidad de personal, pero ya decíamos que nadie sabrá nunca cuánta gente secunda los paros por derecho y cuánta por miedo. Cuántos de los seguidores y militantes necesitan angustiosamente el dinero de la nómina completa pero NO SE QUIEREN ARRIESGAR A SER SEÑALADOS. Cuántos consideran una salvajada apagar la tele, pero contribuyen a ello por miedo.
La asamblea de trabajadores de Telemadrid es el máximo órgano decisorio de la plantilla, pero no es, EN ABSOLUTO, un sistema democrático. Todos hemos presenciado cuanto allí ha sucedido en los últimos 25 años: represión e intimidación al discrepante. La VIOLENCIA EN TELEMADRID lleva más años anclada en sus entrañas de lo que muchos se piensan. Recordemos, si no, todas aquellas ocasiones en las que una voz crítica ha tratado de dar una alternativa. Ha sido reprimida, abucheada y, en ocasiones, insultada. La asamblea de trabajadores no representa más que a los que dominan la votación. Ni siquiera representa a todos los presentes en el salón de actos. Un recinto, por cierto, con un aforo de unas 240 personas sentadas. Si sumamos las que se podrían sentar por los pasillo o en las escaleras superan las 300. Es decir, el 25% de la plantilla (incluidos los 35 cabecillas miembros del comité de empresa) En definitiva, la ‘democracia’ de los trabajadores de Telemadrid supone que la cuarta parte de la plantilla decide por el total (1.175) y todo controlado por los sindicalistas más fieles, los afiliados y los delegados que SIEMPRE ACUDEN a las asambleas para garantizarse el éxito en las votaciones. En muchas ocasiones se ha pedido un sistema de votación secreto, pero ha sido rechazado de manera fulminante por los presentes. Y lo más sorprendente es la votación en sí: se lleva a cabo al grito de QUIÉN NO ESTÉ DE ACUERDO QUE LEVANTE LA MANO. Muy pocos valientes se atreven a retratarse. De esta forma se decide el futuro de los 1.175 trabajadores de Telemadrid. Así se decidió APAGAR TELEMADRID.
“Tú eres un enchufado y yo aprobé mi oposición”. Una frase humillante para quienes la escuchan a menudo. Obviamente, la mayoría de las decisiones más criticadas de la dirección, como la de contratar a trabajadores que no hagan lo que les dé la real gana, ha sido forzada. Seamos justos: ¿se podía hacer otra cosa? No sé qué otra compañía de comunicación habría salido adelante con SABOTEADORES PROFESIONALES en su plantilla, ni con vídeos autodestructivos grabados en sus propias instalaciones mientras los redactores esperan para montar sus piezas. Ni cuánto habría durado un redactor de La Sexta, por ejemplo, poniéndola a parir en Intereconomía apareciendo sistemáticamente allí con su cara, su nombre y sus apellidos y durante sus horas de trabajo. No sé cómo habría sacado esto adelante la dirección sin contratar trabajadores que no fueran TODO EL DÍA CON EL CONVENIO EN LA MANO. Empleados cuyo objetivo permanente no fuera trabajar estrictamente lo justo y a los que se pudiera despedir cuando hubiera causas objetivas para hacerlo. Trabajadores no blindados de por vida. O sea: como los que hay en cualquier otra empresa, que arriman el hombro para que la compañía sea rentable y no se limitan a SAQUEARLA. Dicho de otra manera: si la empresa fuera tuya y hubiera que sacarla adelante con poca gente ¿a quiénes elegirías? ¿A los sindicalistas?
JUAN LÓPEZ LÓPEZ
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Ni me alineo ni me alinearé con ningún poder político ni empresarial.
Combato a los sindicatos cuando son violentos e improductivos.
Entiendo la angustia de los trabajadores de Telemadrid porque soy uno de ellos.
Que cada palo aguante su vela.
Ni me alineo ni me alinearé con ningún poder político ni empresarial.
Combato a los sindicatos cuando son violentos e improductivos.
Entiendo la angustia de los trabajadores de Telemadrid porque soy uno de ellos.
Que cada palo aguante su vela.