El suicidio de Onda Madrid (II)

Nota preliminar:

No suscribo las opiniones vertidas aquí por terceros, con algunas de las cuales estoy en profundo desacuerdo. A pesar de eso, y como quiera que este blog es el único reducto de comunicación pública y libre que creo que hay en Telemadrid, mantendré abierto el canal de comentarios. Eso sí: reservándome el derecho de retirar los que considere inadecuados o hirientes.

Durantelos veintisiete años de historia de Onda Madrid, los sindicalistas hanaprovechado el tiempo que no dedican a trabajar para convertir laemisora en un parque temático dedicado a la gloria y disfrute de la claseobrera. Uno que milita en la CGT ha llegado a hacer la compra en Carrefourcon una unidad móvil, ha pedido horas sindicales para conseguir el turno devacaciones de verano que quería y le ha encasquetado a alguien el del día deNochebuena mediante el mismo procedimiento. Sí: ha pedido horas sindicales enNochebuena. Este mismo ciudadano ha trabajado a menudo durante jornadas depocas horas a cambio de librar en días de horario más largo. La radioes su cortijo. Como es el del sindicalista de Comisiones Obreras quetrabaja a partir del martes porque, curiosamente, sus horas sindicales paraliberar a los trabajadores de la opresión del capital se han concentrado enlunes. Un tipo que le ha dicho a su directora que “no estaré durante elprograma porque iré a la manifestación”. Onda Madrid es, insisto, un cortijocomo el de la redactora que ha librado durante más de treinta y seis mesesencadenando bajas por afonía, por una fisura en un hueso y por otrasexcusas médicas pintorescas. Su dolencia real era una alergia. Alergia altrabajo. Un cortijo como el del técnico de CCOO que durante su jornada haestudiado y aprobado un curso de grafismo de televisión. Como el del presentadorde UGT que anunció en antena que al día siguiente su programa empezaríacuarenta minutos tarde porque él iba a asistir a una asamblea. Un programaen directo. Onda Madrid es la prueba de que  una empresa infestada desindicalistas no puede funcionar. De modo que el que un sindicalista que llevamás de veinte años liberado y no conozca a la inmensa mayoría de susrepresentados ya ni siquiera es noticia.

Eldepartamento técnico es un mundo aparte. Varios de los profesionales llevancada día sus ordenadores personales al trabajo para ver películas, jugar avideojuegos o navegar por Internet durante su jornada. Otro lee el periódico enlugar de trabajar. Por ello, la productividad de estos empleados está a vecespor debajo de una hora diaria, si llamamos productividad a darle al botón degrabar y ponerse a jugar en su ordenador en un ángulo que les impide ver allocutor. Hay otro técnico que agredió al responsable de informativos y no fuesancionado ni mucho menos despedido. Tiene otros casos de agresiones, llegatarde casi sistemáticamente o es incapaz de apretar un botón durante un directoporque no está en condiciones físicas de apuntar a nada. ¿De todo esto sededuce que el responsable de los técnicos es negligente? Pues no. Se deduceque, si la empresa no sanciona a un trabajador ni aunque le haya pegadoa alguien, si un parte es siempre un papel que se lleva el viento, es imposiblegobernar a un colectivo de personas con contrato indefinido. Suficientehace el jefe de los técnicos con que Onda Madrid suene. Cuando sonaba. Y con lode la empresa no me refiero al director actual ni a los anteriores, porque lode no sancionar al personal que hace salvajadas es una tradición de muy largavida en Telemadrid. Así nos va.

Unaredactora de CGT se queja públicamente de que, como trabaja de noche, no puedeir al médico durante su turno como hacen las demás. Recibió una advertencia pormarcharse a las ocho de la mañana porque tenía una cita médica a las once.Desde entonces tiene la consulta a las nueve y se marcha de la emisora a lassiete. Hay quien ha viajado a Bruselas invitada por la Unión Europea, es decir,un desplazamiento de placer encubierto, y cobró pluses por ello. La radio no hainterrumpido la transmisión del accidente de Spanair para que dos técnicos sevayan a comer, una vergüenza en el historial de Telemadrid, pero síha tenido que programar dos turnos en una cabalgata de  Reyes porqueun equipo se negó a hacer horas extra.

Todoesto es la punta del iceberg de lo que estáis viendo cada día ahí abajo quienestrabajáis en la Onda. Alguien tenía que publicarlo para que se sepa cómotrabajan quienes luego se ponen petos, se rasgan las vestiduras y se cuelgansilbatos, pero la verdad es que ahora ya da igual. Ahora tienen que volver. Lossindicalistas tienen que volver al trabajo y arrastrar a la masabienintencionada que los sigue, una parte de la cual sí trabaja, tanfanática o tan atemorizada que está dispuesta tanto a dejar de cobrar su nóminapara que no la cobren los directivos como a destruir su puesto de trabajo siCGT lo considera necesario para satisfacer una venganza. Tienen que regresar.Si no al trabajo, porque nunca han trabajado, sí a la emisora para que tambiénvuelvan quienes los secundan y sí sacan la radio adelante cada día.

OndaMadrid tiene posibilidades. Tiene un director que realmente sabe deradio, que ha negociado bien para salvarla y que la sacará adelante cuandodecida librarse del yugo de los sindicatos. Cuatro responsables de área quesaben lo que hacen. Un potente departamento de deportes que no mira el relojapurando la hora de salir y que se está matando en Twitter para que nodesaparezcáis. Unos informativos dignos y con una libertad que ya quisieranotros departamentos u otras empresas. Y unos programas musicales que estánentre los mejores de la radio española. Tenéis que sacar esta radio adelante yel objetivo de esta arenga no es otro que el de vuestra supervivencia. Dossindicalistas, uno de UGT y otro de CCOO, acaban de liberarse y varios yatienen asegurados sus puestos de trabajo. Pero la radio tiene que celebrar elpróximo 28 de febrero su vigésimo octavo aniversario.

Juan López López

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Ni me alineo ni mealinearé con ningún poder político ni empresarial.
Combato a lossindicatos cuando son violentos e improductivos.
Entiendo la angustiade los trabajadores de Telemadrid porque soy uno de ellos.
Que cada palo aguantesu vela.